
Pescadores y cultivadores de Cáhuil recibieron concesión maritima
El lunes de la presente semana se llevó a cabo en la localidad de Cáhuil, la ceremonia de entrega de una concesión de acuicultura para el Sindicato de Pescadores y Cultivadores de esa localidad, por parte de La Armada.
En representación de la gobernadora de Cardenal Caro asistió su jefa de gabinete Verónica Ramírez Tapia, en representación del municipio local el administrador municipal Dante Cornejo, el Capitán de Puerto de Pichilemu Teniente Pablo Maturana Rosales y el Presidente del sindicato Iván Caro.
La concesión permitirá a los pescadores de Cáhuil cultivar ostras y choros zapato tal como se hacía unos treinta años atrás, en dicha localidad.
Cáhuil, que en el idioma mapudungun quiere decir “gaviota”, es un pequeño caserío ubicado12 kilómetrosal sur de la ciudad de Pichilemu, y6 kilómetrosal sur de Punta de Lobos, junto a la desembocadura del estero Nilahue con el mar. El pueblito siempre está rodeado de bosques verdes, y de abundante vegetación. Cáhuil cuenta con alrededor de quinientos habitantes: personas trabajadoras, sencillas, esforzadas.
Una de sus actividades más importantes es la extracción de sal, una tradición centenaria. Los primeros salineros de la zona fueron los promaucaes, quienes realizaban esta actividad incluso desde antes de la llegada de los españoles. De hecho, los mismos españoles, en tiempos coloniales, se abastecían de sal en Cáhuil, según se puede extraer de documentos del cronista Gerónimo de Vivar.
Existió, paralelo al borde costero de la actual provincia de Cardenal Caro, el Camino Real dela Costa, cuyo objetivo era trasladar la producción local de Colchagua a Santiago y Valparaíso, para exportarse tanto al virreinato del Perú como al Reino de España. Un ramal de este camino, el Camino dela Sal, pasaba por San Antonio de Petrel, Cáhuil, Boyeruca y Bucalemu precisamente por la producción y comercialización de la sal, siendo esta un elemento indispensable para la preservación de alimentos y carnes. La sal de Cáhuil, extraída gracias a las magníficas condiciones topográficas del lugar, es un producto que cada vez toma más fuerza y valor en la región y el país.
Por la importancia de la actividad de la sal, es que Cáhuil ya es censada en el siglo XVII; en 1778 se convierte en viceparroquia, y en 1864 parroquia con sede en Ciruelos. Sin embargo, Cáhuil comienza a pasar a un segundo plano cuando lo que conocemos actualmente como Pichilemu pasa a ser el centro administrativo de la nueva comuna, de igual nombre, creada en 1891.
En los últimos años se le ha potenciado turísticamente, siendo su laguna altamente concurrida en temporada alta. Es un lugar perfecto para practicar la natación, la pesca, y especialmente el kayak.
Uno de sus más tradicionales restaurantes para deleitarse con las comidas más típicas de la zona, es el restaurant El Buzo, recinto que cuenta con una privilegiada vista desde sus comedores a la laguna y el mar, y una cálida atención de sus dueños.
Fuente: Revista de turismo, Pichilemu Inolvidable.